¿Alguien se acuerda de la fecha exacta en la que acabó la guerra de Iraq? No consigo acordarme del maldito día... Bueno, el caso es que el próximo día 17 de marzo, manifestaciones con millones de ciudadanos recorrerán todo el mundo (o así se espera). Una interminable lista de asociaciones civiles, partidos políticos, sindicatos, grupos sociales, individuos, mundo de la cultura de la política, del trabajo diario, el de la mesa de al lado, el de la oficina de enfrente, mi vecino del piso (no, ese no), el señor que limpia los jardines, la presidenta del gobierno (no, esa creo que tampoco), el que cambia las bombillas en las oficinas, la que me vende el periódico, los del servicio veinticuatro horas (bueno, igual no les dejan), los albañiles que veo ahí trabajando en la obra, los de los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado (vamos, igual alguno o alguna...), la de la empresa de fontanería, el del butano, los empleados del centro comercial...

(Sigo buscando la fecha en Internet y en la prensa, a ver si doy con el dichoso día en que terminó la guerra y la invasión).

Quiero decir que casi todos y casi todas convocan y están convocad@s a salir a la calle, y todo ello en contra de la guerra: de la de Iraq, de la de Afganistán, de la que van a liar el mes que viene o el otro. Hay que estar a favor de la paz, a favor de que los poderosos que mandan matar desaparezcan de los sitios de poder, que se sienten cómodamente: pero en un banquillo de acusados, de criminales de guerra.

(La verdad es que la lista de lo que pasa en Iraq, y en Afganistán, y en Oriente próximo, y en Dharfur, y en Liberia... es que pones guerra en la red, y te salen una cantidad de cosas, que buscar es complicado, pero sigo en ello).

Me fijo, sin ir más lejos, que cuando busco las noticias recientes me surgen decenas o centenares de muertos diarios en acciones violentas, y casi siempre son ciudadanos y ciudadanas iraquíes las víctimas, a veces son diminut@s ciudadan@s quienes mueren, niños y niñas de aquel país que ya no tendrán que esperar a vivir mejor: entretanto hay que evitar que se promulgue una ley que permita el aborto, claro.

A favor de esa paz tan codiciada hay que confiar en los gobiernos de todo el mundo, en los políticos que mueven los hilos, en las grandes multinacionales de la energía y de la banca, y de los fondos económicos, y de la usura internacional... ellos traerán la paz, claro. Lo que pasa es que, por si acaso, que yo soy muy desconfiado, creo que mejor vamos saliendo a la calle para recordarles que nosotros no queremos la violencia, no queremos las guerras, no queremos que nadie vaya a matar a nadie en nuestro nombre... y como se lo recordamos a todos y todas, también va incluido, como es lógico, que no queremos que vengan a matarnos a los demás... pero eso ya se lo recuerdan los que en aquellos otros países se manifiesten contra lo mismo que nosotros.

(Parece que me voy acercando a aquella fecha en la búsqueda. Otros colegas van buscando, una dice que “igual es que no se ha acabado y por eso no aparece y no nos acordamos de cuándo fue”... anda, maja, sigue buscando).

Yo creo que por esa ayudita (¡¡innecesaria, claro!!) que deberíamos darles a los que van a hacer la paz-seguro-seguro, hay que salir a la calle el día 17 de marzo, (¡que de eso sí que me acuerdo!, es la fecha que conmemora el inicio de la trágica invasión de Iraq), hay que decirles que estamos ahí, y que si no lo hacen ellos, los ciudadanos y ciudadanas del mundo sabemos ya cómo no enfrentarnos, cómo no matarnos, cómo no pelear entre nosotros para que hinchen sus arcas y sus bolsillos, para que no puedan afilar la bayoneta y el colmillo, para que no me teledirijan con el mando de la FOX y la CNN, para que no utilicen ni mi nombre ni mi vida en un convoy en Iraq, en Afganistán, o en Atocha, Vallecas o Coslada.

(Nada no ha habido manera... mira que si no acabó la guerra aquella... pero yo recuerdo que Aznar, Bush y Blair dijeron que había terminado. ¡Cómo se le tergiversa a uno la historia en los recuerdos!)

Nos vemos el 17 de marzo en las calles, en todas las del mundo, porque yo soy un ciudadano más, y tú también, y cuando vea al de al lado te estaré viendo.

Enviado por: Pedro Enrique P. S.

Fuente: http:/www.larepublica.es